EL CAPITÁN LILLO: RED PERIFÉRICA 2009: SE VEN DE

RED PERIFÉRICA 2009: SE VEN DE · 5#

Ecuador de la RED PERIFÉRICA. Quinta entrega.

Tras el fenómeno Millennium hoy menú perfecto: cine & danza. Indiana Jones Vs Emmanuel Grivet, puro arte comercial y conceptual.

El gran arte clásico también ha sido utilizado como reclamo comercial en el mundo del pop y del ruock… lo justo sería analizar las propias portadas como ejemplos del arte comercial en sí mismo, pero para este artículo nos fijaremos en aquellas que descaradamente eligen homenajear a los grandes clásicos para ilustrar los álbumes ofrecidos. Aunque son incontables las versiones de cuadros importantes que han servido de referencia a los portadistas de nuestra época elegiremos dos que me gustan a mí, porque para eso soy yo el que escribe estas líneas… si a alguien se le ocurren más ejemplos que nos lo haga saber, pero no vía mail, sino gritando por la ventana. Nosotros estaremos atentos y en seguida colgaremos vuestras sugerencias.

El disco de los Crash Test Dummies (que contenía el pelotazo de comercial título Mmmm mmmm mmmm mmmm, y otros grandes temas como God shuffled his feet) hace referencia a Baco y Ariadne, de Tiziano, aunque con los rostros sustituidos por los del grupo (no seáis malos, el montaje es un poco chano, pero es que el fotochop aún no existía)

El ultracomercial (y ultracomerciado) Use Your Illusion de unos Guns n’ Roses en la cima de su popularidad… un doble disco en el que aparecía en la portada, nada más y nada menos que un fragmento de uno de los cuadros definitivos del Renacimiento. Rafael La Escuela de Atenas. Apuntaba alto, nuestro amigo Axl (se la tiraba larga, que diría aquel).

"Mucho Pocholeo veo yo por aquí..."

Susurraban los Domador al oido el sábado por la noche en el Jai Alai, fiesta Bleep!

INDIANA JONES, EN BUSCA DEL ARCA PERDIDA

1981 · Director: Steven Spielberg

Reparto:
• Harrison Ford (Indiana Jones)
• Karen Allen (Marion Ravenwood)
• Paul Freeman (Rene Belloq)
• John Rhys-Davies

Guión: Lawrence Kasdan
Música: John Williams

El dúo Spielberg-Lucas engrandeció su leyenda con esta vertiginosa película de aventuras. Tú y yo lo sabíamos. La mezcla de acción y carisma, reelaborando con gusto el concepto de James Bond, era un revientataquillas asegurado. Lo sabíamos, pero lo hicieron ellos. Como en 007 podrían crear secuelas cada vez más refinadas. Era la piedra filosofal, el arquetipo: el golpe inicial de taquicardia (mítica escena de la piedra rodante) y la montaña rusa posterior. Si le añadimos algo de esoterismo ya lo tenemos. El arqueólogo aventurero. El huevo de Colón.

Pero a ver… ¿unos nazis buscando una reliquia judía? Eso es…
(Hago el chasquido del látigo con la boca para recuperar vuestra atención)

¿Quién no ha visto alguna vez una película de Indiana Jones? Que se ponga de pie y que pase vergüenza, venga. El videoclub más cercano las mantenía en conserva, dispuestas a darnos de merendar cualquier tarde perdida, arrancándonos dos horas muertas como si fueran espinillas, dando la vuelta al mundo, de asombro en asombro.

A Harrison Ford le ajustaba el sombrero de explorador como unas mallas de ballet. Todo el mundo, recordemos, es una piltrafilla comparado con Indiana Jones, con su valentía, su perseverancia, su ingenio súbito. Sin desdeñar un toque de ironía, claro, porque la trama necesita la complicidad del espectador. Y se la damos, encantados. Entre los saltos, las cabriolas, suena la música inconfundible de John Williams y estamos dispuestos a creernos lo que sea, como una novicia enamorada.

En resumen: la película y el héroe que siempre quisimos ver y ser. Imprescindible.

Cuando Carlitos se despertó en el cuarto de la pensión, en plena intersección de las Cuatro Esquinas, tenía la cabeza y tres de las extremidades del menor de los hermanos Montoya constituyendo su almohada, la quinta de las extremidades —los hermanos Montoya eran una banda de tecnocumbia muy conocida en la única luna habitada de Venus y habían venido a Periferias para interpretar su particular homenaje a Luis Aguilé, cuando los organizadores les vieron llegar y comprobaron que no llevaban ningún tema de Jacko en el repertorio trataron de volverlos a meter en el transporte pero su aspecto no antropomórfico y notablemente amenazador les hizo desistir en el intento. Los Montoya terminaron participando en la segunda edición de la Fiesta del Fin del Mundo— le sobresalía por el culo y Carlitos descubrió, con agrado, que el placer que eso le producía era mayúsculo.

Después de pasar un año viviendo en Barcelona, Antonia ahora se llama “Antoni-chan”, pertenece a la tribu urbana “Visual key” y se comporta cómo si tuviese 13 años para ser más Kawaii (mona en japonés), lo que pasa es que no se da cuenta de qué, con 30 años, eso queda un poco rarito…

Y más que mona, parece tonta del culo, cosas de la edad…

ANUNCIOS.

En tiempos de crisis nos ponemos vergonzosamente auténticos. Hitler llevó la esencialidad y la autenticidad de su carné de identidad hasta sus últimas consecuencias que, como sabemos, sólo pueden ser hoy para nosotros publicitarias. Los campos de exterminio son y serán para nuestra vulgar sociedad televisiva la mejor campaña de publicidad de lo auténtico, de lo puro y de lo esencial.

Hemos convertido a los campos en una realidad cerrada, comprensible y sustanciada por sí misma. Los hemos arrancado de la historia, de las personas y del contexto que los produjeron. Como los anuncios de la tele, ya sólo los acompañamos con nuestra logorrea comercial, que sólo es capaz de producir riadas de eslóganes machacones que no dicen nada que nos ilumine sobre su existencia.

Tomando la lección hitleriana a pie de campo, la publicidad también se pone actualmente esencial. El rótulo “no fabrica para otras marcas” ha perdido su fuerza primigenia cuando ya todos los anuncios lo usan. ¿Para terminar en el griterío de las consignas circenses ha servido tanto pregoneroso infumable, tanto filosofiasco de agencia deficitaria?

Al convertir la historia en anuncio corremos el riesgo de hacer zapping para no querer verla. Somos tan modernos que ni siquiera nos gusta ya la televisión cuyo crédito aún estamos pagando. Preferimos decidir el contenido que queremos ver y el momento en el que lo queremos ver. Ahora la caída del muro de Berlín. Esta tarde los mejores momentos de “Al ataque!”. Mañana la coronación de Juan Carlos III de España. Pasado mañana el bautizo de Sissi emperatriz.

Deseamos una pantalla que nos muestre sólo lo que nos gusta, cómo y cuando nos gusta. Cuando T. Adorno dijo que a partir de Auschwitz ya no se podía escribir poesía de la misma forma estaba realmente confundido.

Debería haber dicho, mediante un anuncio viral exhibido en youtube, que a partir de 1945 Internet ya no sería de la misma manera. Debería haber dicho que la publicidad, después de los campos, ya no sería de la misma manera. Debería haber concluido que la posibilidad de acercarse a la historia se había exterminado en los campos para el hombre del siglo siguiente.

Y lo debería haber dicho en los primeros segundos de su anuncio para que los internautas y periodistas de 1945 no hubieran decidido zapearle. Para que al menos ésas fueran las únicas frases de Adorno que quedasen para su moderna y televisiva historia.

Programación Festival Periferias, martes, 27 de octubre:

· 17:30h. Biblioteca "Antonio Durán Gudiol"
TALLER: EL ALMACÉN DE IDEAS: "COMERCIALízate: piénsate, créate, véndete"
· 20:00h. Teatro Olimpia
CINE: “Indiana Jones: En busca del arca perdida” de Steven Spielberg.

Toda la información en http://www.periferias.org/

Esta sección se actualizará en breve, esperamos.

La presente edición de Periferias nos deja algunas imágenes curiosas y bonitas, aquí van algunas: El Flyer de los Starkytch Dj (de los que se ha dicho "Quiero que estén en mi boda" ó "La fiesta que montan es una nochevieja continua"). Además, las fotografías del Periferias Fashion Show en el Periódico de Aragón; La imagen de Michael Jackson que acompaña el artículo de Patricia Godes sobre el mismo en el catálog oficial de Periferias y las carátulas del nuevo cd de Kiev Cuando Nieva, chulísimo.