El artista de Belice actuó en la pasada edición de Periferias en Huesca.
"Como en un guión premeditado con crueldad, un infarto cerebral se ha llevado a Andy Palacio justo cuando mayor era su reconocimiento. El músico caribeño editó en 2007 Wátina, disco desde que daba a conocer la cultura de su etnia garífuna. Aquejado por sospechosas dolencias, Palacio volaba a Chicago para ser visitado en un hospital, pero falleció el sábado 19, antes de llegar. El viernes será enterrado en Belice City con los honores de un héroe nacional, ya que había sido designado embajador cultural de su país.
Nacido en una aldea de Belice hace 47 años, durante un viaje a Nicaragua un anciano de su etnia se sorprendió de que alguien aún hablase ese idioma que él creía extinguido. Ese día decidió, con su productor Ivan Duran, dedicarse a promover su minoritaria cultura.
Los garífunos descienden de esclavos africanos cuyo barco naufragó en una isla caribeña a principios del siglo XVII y que, mezclados con los indígenas, resistieron hasta que los ingleses los expulsaron de allí y se dispersaron entre varios países de la zona: Guatemala, Honduras, Belice y Nicaragua.
Cantado en la incomprensible lengua garífuna, la fresca melancolía de Wátina posee la elocuencia de las obras atemporales. En ella se mezclan el latido africano y las cadencias caribeñas con ritmos locales como el paranda y el dügü. Pocas veces un disco de origen tan remoto es tan aclamado.
Nombrado Artista de la Unesco para la Paz, Andy Palacio recibió el pasado mes de noviembre en Sevilla el premio Womex al mejor disco del año. Dos días antes actuaba en el festival Periferias de Huesca, donde cedió parte de su show a un grupo de mujeres garífunas que van a grabar su propio disco. Era su siguiente plan para exportar tan exótica y centenaria cultura"
Fuente: el Periódio de Cataluña; Nanado Cruz; Barcelona.
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