UN PUEBLO, UN FESTIVAL

De un tiempo a esta parte, los festivales, principalmente musicales, han aumentado por toda la geografía española. Toda capital de provincia tiene, sino uno, varios certámenes que aglutinan, con diferentes características, a todo tipo de gente dispuesta disfrutar de su oferta.
Lejos quedan las primeras ediciones de los, ahora, grandes festivales, que con muchas dificultades y escaso público se sacaban adelante en el pasado (Festival de Jazz de San Sebastián, Doctor Music Festival, Sonar, Monegros, Womad...). Toda ciudad y localidad busca un toque de distinción para tratar de conseguir que su festival tenga una característica diferenciadora que atraiga a un número determinado de gente (algo que ha conseguido muy bien Periferias, basando sus actos en un aglutinador concepto temático, y esto no lo digo yo). Y el aumento en el número de ofertas es realmente sorprendente.
La iniciativa es de todo tipo, desde las gente inquieta de pequeñas localidades que necesita de algún tipo de cultura para dar "vidilla" a su pueblo y enseñar a otras gentes lo que pasa en el exterior, hasta la involucración de grandes empresas (cerveceras sobre todo) en la organización y patrocinio ó la iniciativa pública al más puro estilo de servicio al ciudadano (¿que chaval conocería Benicassim ó Villarrobledo más allá de la playa ó los viñedos, de no ser por el FIB ó el VIÑAROCK?).
Lo cierto es que como espectadores, esto beneficia a un público, que en los últimos tiempos ha visto como se acercaban hasta su ciudad o pueblo, propuestas internacionales y nacionales, en su mayoría de calidad y que no hubiera podido ver de otra manera. Además, los precios de las entradas son relativamente económicos (50€ por ver a 100 propuestas es, más o menos, lo que nos ofrece el Monegros Desert Festiva cada año).
Pero todo este incremento genera algunas preguntas que sólo el tiempo podrá responder. ¿Sustituyen actualmente los festivales a muchas fiestas y romerías en diferentes pueblos en los que estas estaban perdiendo el apoyo joven y popular?¿Existe demanda y mercado para todos los festivales que se han celebrado este verano?¿Por qué las instituciones públicas, en muchos casos, no han apoyado el fenómeno hasta que ha despegado, para hacerlo suyo y necesario una vez conseguido un buen resultado y relevancia nacional?¿por qué ahora todo alcalde quiere tener su festival?... lo cierto es que el fenómeno requiere un estudio sociológico cuanto menos, pero disfrutemos mientras dure.

Este fin de semana: Azkena Rock Festival : Pearl Jam, New York Dolls, Buckcherry, Iggy & The Stooges...

5 comentarios:

Anónimo dijo...

puess...este fin de semana en el pueblo...allí toda la gente joven está muy comprometida con las fiestas...(yo casi muero)...me comentaban que buscan grupos que quieran actuar en un concierto contra la construcción de la mina de borobia...se agradecería ayuda...

Capitán Lillo dijo...

Puedes explicar qué es la "Mina de Borobia" ? desconozco el tema, gracias de antemano.

HombreRevenido dijo...

Es curioso lo de los festivales. Algún día habrá más festivales que pueblos y será un caos.

Yo me voy a referir sólo a los grandes, a los míticos. Ha llegado un momento en el que asombros atávicos como "ver el mar", han sido sustituidos por otro tipo de peregrinaciones a las entrañas del "Viña Rock" o el FIB, una superstición generacional. Como el "yo estuve alli" de Woodstock, pero en versión comercial.

Anónimo dijo...

ya he colgado información sobre la mina de borobia

Capitán Lillo dijo...

Gracias, lo leo.

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