LAS ANÉCDOTAS DE MONEGROS II

La Groove Parade 6, la edición del Monegros Festival del año 2000, resultó todo un desastre ó ¿no?: Ya entrada la noche, se levantó un viento horroroso. Todo el polvo concentrado en esa zona de los Monegros comenzó a levantarse del suelo para bailar con los asistentes de la nueva edición del festival del desierto. Una horrorosa tormenta de arena comenzó a arrasar, llenó los coches de un manto marrón y penetró por todos los orificios de caulquier asistente.

Derrick May y Jeff Mills (entre otros) tuvieron que pinchar en el refugiado escenario "Beach Club" con las tapas encima de los platos para que el viento no moviera las agujas. Cuentan que los surcos de los discos se llenaron del polvo del desierto y que la gente siguió bailando hasta el amanecer en el "Open Air" (mientras sonaba la música que se pinchaba desde el "Beach"). La edición incluso estuvo apunto de suspenderse.

Pero esta anécdota ayudó a mitificar al Festival. El desierto, la tormenta de arena, los surcos sucios de los discos y la cara de los grandes djs quemada por el polvo... ayudó a fortalecer la mitología del desierto, de la dureza que implica el montaje de una inmensa rave en medio de la nada y tuvo una gran repercusión a nivel internacional. Los asistentes a esa edición, los mismo que se marcharon sucios y llenos de polvo siempre recuerdan que estuvieron allí. La edición contó con un poco más de 10.000 asistentes y el año siguiente casi se dobló la cifra, en uno de los aumentos (imparables) de asistencia más grandes, que ha sufrido el festival (que actualmente ronda los 40.000 asistentes).